Cuál es el estado legal de los vapeadores y cigarros electrónicos en México?

La reforma para prohibir la producción, distribución y enajenación de cigarrillos electrónicos y vapeadores es una de las propuestas que hizo el expresidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2024.

El 21 de octubre de 2024, durante la conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que la reforma para prohibir los vapeadores será aprobada antes de finalizar el año, ya que la iniciativa se encuentra en su fase final de tramitación.

Esta reforma, que busca prohibir la producción, distribución y venta de cigarros electrónicos y vapeadores, fue inicialmente propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2024. La propuesta incluye cambios a los artículos 4° y 5° de la Constitución, por lo que requiere la aprobación de una mayoría calificada en el Congreso de la Unión para su promulgación.

¿En qué fase se encuentra la reforma contra los vapeadores?

En agosto de 2024, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó adicionar un párrafo al Artículo 4° de la Constitución para prohibir la producción, comercialización y venta de cigarrillos electrónicos, vapeadores y dispositivos electrónicos similares. La reforma también contempla la prohibición de sustancias químicas nocivas, como el fentanilo, que no están autorizadas legalmente.

El dictamen fue aprobado en la Comisión con 24 votos a favor y 2 en contra, y con 21 votos a favor y 15 en contra en lo particular. Tras su aval, la propuesta fue enviada al Congreso de la Unión y se espera que pronto sea discutida en el pleno.

Breve historia legal del vapeo en México

En febrero de 2020, un decreto presidencial prohibió la importación de cigarrillos electrónicos y vapeadores, modificando la Ley General para el Control del Tabaco y la Ley General de Impuestos de Importación y Exportación. Sin embargo, esta medida solo se aplicaba a los productos que ingresaban o salían del país, dejando fuera de la regulación a los dispositivos fabricados en México.

En noviembre de 2021, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) emitió una alerta sanitaria sobre los riesgos para la salud derivados del uso de vapeadores. En su comunicado, COFEPRIS destacó que los cigarrillos electrónicos no contaban con la autorización sanitaria correspondiente y no estaban reconocidos como productos de «riesgo reducido» o como alternativas al tabaco.

Aunque esta alerta no implicaba sanciones inmediatas, en mayo de 2022, el gobierno publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación que prohibió la comercialización y circulación de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), incluyendo los cigarrillos electrónicos y vaporizadores.

En octubre de 2022, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó que la prohibición de la importación de vapeadores era inconstitucional, lo que permitió que, mediante amparos, algunas personas pudieran importar y comercializar estos productos legalmente.

La reforma propuesta por López Obrador y respaldada por Sheinbaum busca fortalecer la prohibición de estos productos a nivel constitucional, con el argumento de que la comercialización, distribución e importación de estos dispositivos no es viable.

¿Realmente son tan perjudiciales los vapeadores?

Según la American Cancer Society, los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva, además de otros compuestos químicos peligrosos como metales pesados (plomo, níquel y estaño), compuestos orgánicos volátiles que afectan el hígado, riñones y sistema nervioso, y productos químicos tóxicos como el diacetilo, utilizado en algunos saborizantes.

Un informe de la Academia Nacional de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, que revisó más de 800 estudios, concluyó que los cigarrillos electrónicos pueden causar problemas respiratorios, como asma, tos y sibilancias. Además, advirtió que los jóvenes que usan estos dispositivos tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios y un incremento en las crisis asmáticas.

Aunque algunos publicitan los vapeadores como una opción para dejar de fumar, tanto COFEPRIS como la Asociación Española contra el Cáncer afirman que, en realidad, estos dispositivos aumentan la adicción a la nicotina y no son efectivos para reducir el consumo de tabaco.